La Cueva de Montesinos

Luego de todo aquel agetreado incidente durante la boda decidí quedarme en el pueblo un poco más, razón por la cual me que de en la casa de Basilio. Ahhhh todo aquel tiempo que pase ahí no hice mas que instruir en el camino del bien a el generoso Basilio, es que quien no aguanta una buena platica acerca de buenos negocios limpios o también un debate sobre la pobreza bueno la honradez la belleza de las mujeres todos estos son temas los cuales nunca se van a acabar las ganas de hablar, razón por la cual platicamos bastante sobre estos. Y además me pareció que Basilio quedo abrumado con mi conocimiento y lírica. Ya habiendo mi cumplido mi misión en esa casa y en el pueblo decidí que era hora de marcharme, por lo cual pedí a uno a uno de los estudiantes de los cuales me invitaron a la boda que no consiguiera una guia para ir a la cueva de Montesinos pues como caballero andante se convertía en un lugar de mi interés. Ya con la guia en mano el estudiante volvió con su primo el cual me parecía un sujeto interesante pues le gustaban los libros hechos en mi honor es decir los de caballeros andantes. Ya una vez puestos en camino, la noche cayó sin aviso y nos vimos obligados a frenar en un pueblo ahí, me tome la libertad de comprar 100 brazas de cuerda pues sabia a lo que me dirigía. Al día siguiente finalmente llegamos a la cueva ahí me ataron comencé mi gran desenso hacia las puertas de la oscuridad una vez abajo me desate y fui a investigar. Una vez acabado me volvieron a subir pero de repente había largos tiempos en negro y cuando me di cuenta estaba en la superficie viendo al estudiante y a Sancho con cara de alivio. Luego les conté todas las aventuras las cuales viví ahí adentro pero les note cierto exceptisismo.